miércoles, 30 de marzo de 2016

Curvas enlazadas

Vengo desde Laguna del Volcán en un bonito agarrón con un cuate de un Mercedes, siempre he dicho que no solo cuenta la máquina, sino también el muñequito, vamos pegados, me pasa, lo paso, en un zigzagueo furioso entre los demás conductores. Entramos al tunel de Las Torres debajo de Díaz Mirón, yo con el urbano en mi costado derecho, curva derecha todo bien, enlazamos la curva a la izquierda y el conductor del urbano decide buscar el ápice de la curva, solo que en el ápice de la curva estoy yo con el auto.

(Siempre supe que tanto jugar video juegos debería servirme de algo, la maniobra se lleva a cabo en tres etapas:
  1. En cuestión de décimas de segundo, el cuerpo hace la maniobra.
  2. Instantes después, la mente se da cuenta de la situación, y toma decisiones que el cuerpo ya ejecutó hace rato.
  3. Rush de adrenalina, susto mortal, pero totalmente a toro pasado (la situación ya se resolvió).
Me acerco tanto a la izquierda que si el espejo lateral fuera una pulgada más largo, estaría roto. Me inclino a la izquierda como motociclista tratando, quizás, de jalar más el auto con el peso de mi cuerpo. Suelto el volante un microsegundo, hago cambio a tercera, regreso la mano al volante y sigo trazando la curva, gas a fondo y salgo disparado arriba de ciento veinte, dos pulgadas adelante de la trompa del camión que ya ocupa el espacio en el que yo estaba.
So far so good, solo que esa maniobra me colocó en la fascia trasera del Mercedes, ambos a buena velocidad, carril derecho, ahora es regresar a cuarta, soltar el gas, virar SUAVE a la izquierda para pasar delicadamente a diez milímetros del retrovisor del otro auto para salir destapados hasta el próximo semáforo donde nos detenemos en el alto. Veo que es una chica la conductora, encontramos las miradas  y sonreímos, thumbs up, sabemos que la tragedia fue conjurada una vez más.

Luego a casa, saludos, los chicos preguntan:
-Todo bien, pá?

Y yo, con la estúpida sonrisa en la boca respondo:
- Todo bien, kiddos. Muy bien.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Tales from the Dark Side

At the end of the journey, I finally figured it out.

The Master of Fear. It was always you.

The darkness that lies inside you turned you into the monster you were trying to escape from.
Remember when you told me: "You´re not ready, you´re full of fear"

In that very day, I realized the truth your words held, and I let go all my past, so we could have a fresh start. I bet it all on you, let all my fears aside.

But now I know, for sure, the one with the biggest fear, it was you.




viernes, 6 de noviembre de 2015

Amor

Hace un tiempo escuché en una película una frase que resonó en mi interior, creando una verdadera onda expansiva.
“Tenemos el amor que creemos merecer”
Tan sencilla como suena, me pareció demoledora, aplastante. El hecho de crear el amor que nos llega es un acto interior, no exterior. Nada de destino, nada de suerte, simple y llanamente estamos creando nuestra historia de amor, de desamor, de quimera o realidad mal acomodada, no nos es dado ya escapar de esa realidad puesto que nos esmeramos en crearla.
No soy ni religioso ni metafísico, sólo un ferviente creyente de la causa/efecto. Si estás enamorado de tu mamá, al final vas a tener una mujer como ella, o peor aún, vas a tener a una pobre mujer a la que a fuerza de comparar con tu madre harás trizas emocionalmente porque (según tu perspectiva) nunca será como ella. O si fuiste maltratada por tu padre en la infancia buscarás una relación destructiva en la cual tu marido sea tu padre golpeador de nuevo.
Ahora, la clave aquí es la palabra “creemos”…
Seguramente el cabrón con la esposa-mamá “cree” que merece que su mami lo cuide y lo consienta toda su vida, por eso al no tenerlo, o no en la medida ilimitada de mamá, se pone pendejo y hasta se divorcia, adivinen para qué… ¡Exacto! ¡Para irse a vivir con su mamá!
Y mujercita golpeada “cree” que merece las madrizas sólo porque, al ser lo único que conoció, lo toma como algo natural, incluso necesario en las relaciones.
En realidad este post es de ardilla, intenté entrar a una relación pero no me dan ni para a delante ni para atrás y “creo” firmemente en que merezco respeto, digo, si me quieres me buscas, si no pues a la chingada, pero a medias pues no.
He dicho.

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sábado, 19 de septiembre de 2015

Ella

 

Entonces, a tropezones, ella salió corriendo, con la mente cerrada a los gritos que le ordenaban volver, después de la cuarta  –¿o quinta?– pelea con él ese día.

Llevaba la cabeza hecha un mar de confusiones, de ilusiones rotas, destrozadas a fuerza de golpes, de discusiones, pero con una idea fija: no quería volver a verle nunca más.

Pero, ¿Acaso no le amaba todavía? ¿No esperaba con ansia el momento de verle entrar por la puerta de ese lugar al que llamaban hogar, por el que ambos habían luchado a brazo partido? ¿No pesaba todo ese amor en su decisión? Se detuvo de repente en medio de la noche, y sintió el delicado aliento de la obscuridad respirándole en la nuca.

Por un momento vaciló.

Súbitamente resintió todo el peso de su ciega huida –enceguecida por la sangre que manaba de su frente–, todo el peso de su vida perdida, y se negó a ser la única responsable de ella. Si había soportado todos esos años bajo esa absurda dominación fue por amor, y ahora, por ese mismo amor se liberaría de la carga, liberándole a él también. Empezó a desandar el camino, y al acercarse a su casa vio puertas y ventanas abiertas, y luces encendidas, pero nadie adentro.

Pasó al interior y comenzó a ordenar, a poner las cosas en sus lugares, en los lugares que les asignaron juntos, reprimiendo el deseo de hacer trizas todo. Sintió la tensión de una vida completa sobre sus hombros. Al estarse aseando, escuchó el auto entrar al garaje. Con ansiedad creciente le oyó cerrar la puerta del coche y entrar en silencio a la casa. Se escucho interrogándolo como entre bruma:

–¿Dónde estabas?

–Salí a buscarte, me quedé preocupado porque te fuiste.

–Bueno, ya estoy aquí, vamos a dormir.

–No debiste salir corriendo…

–Olvídalo, ya pasó.

Mientras hablaban se habían ido desvistiendo y estaban ya acostados.

Al apagar la luz, rodear el suave y delicado cuello de ella, y besarle en la frente como cada noche, él comprendió de un sólo golpe por qué está ocasión no hubo ni sollozos ni reproches, mientras sentía el frío acero introduciéndose suavemente –demasiado lento, con mucho cariño– entre sus costillas, sumiéndolo junto con los años de gritos, golpes y amenazas constantes en una agradable quietud. Y al estarse desangrando al lado de él en su lecho de muerte común, ella pensó agradecida que el sueño había terminado.

Aunque a punto de entrar para siempre en la dulce negrura todavía alcanzó a escuchar que le decían que no, que esto era sólo el principio.

 

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lunes, 13 de julio de 2015

Tiempos de cambios

 

Me he encontrado con que la vida da muchas vueltas.

Cariños que dabas por sentados te dan la espalda. Otros que nunca imaginaste llegan sin pedirlos.

Lo hermoso es que entre tanta situación adversa se quedan los que se tienen que quedar.

Gracias por estar.

 

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viernes, 1 de mayo de 2015

La vida sigue.

 

Y contra todo lo que he estado pregonando a los cuatro vientos, ahora la sensación de gravedad cero regresa a mi ser con estrépito. Quizás no sea tan malo como parece, pero este interminable caer en el vacío es de lo mejor que nos pasa en la vida.

Personas van y personas vienen, entrecruzamos nuestra existencia con tantos seres entrañables, despreciables, amigables, besables, destestables, que terminamos siendo ellos en una pequeña medida, en una justa medida. Perfecta mezcolanza de lo que está y lo que se fue, lo que queremos y lo que odiamos, lo que nos construye y lo que nos destruye.

Unos se quedan y otros se van, pero por Dios, la vida sigue, y seguimos nosotros.

 

 

De arriba pa´bajo otra vez

domingo, 9 de noviembre de 2014

De reglas y organizaciones.

En más de una ocasión me he encontrado con personas que se quejan. La lista que expondré es incompleta, esto es sólo una parte de lo que he escuchado, al final del día las personas se quejan de todo, incluyendo, pero no limitando a, lo siguiente:

  1. La incomprensión de sus jodidos padres que no hacen más que tratar de imponerles límites.
  2. Las obtusas autoridades escolares que no los dejan entrar a la escuela sin uniforme, que no los dejan whatsappear en clase, y que no les toman en cuenta los trabajos extemporáneos para su calificación final, o sea, la carga de pinches maestros que los reprueban en las clases que toman.
  3. El eterno problema de estar haciendo una chamba que no les gusta, percibiendo por ella un sueldo que no les alcanza, y lo peor, recibiendo órdenes de un pendejo que no está ni la mitad de calificado que ellos para ejercer ese puesto.
  4. Las ineptas autoridades de este país de mierda que no hacen lo que deben para sacarlos de la pobreza.

Sin afán de imponer mi opinión a ustedes, mis amables lectores, expondré mis confusas ideas acerca de la molestia de la gente, o por lo menos de estos puntos, que para mi son fundamentales.

  1. De este asunto ni hablar, fui hijo así como ahora soy padre y es el cuento de nunca acabar, y a este respecto solo diré una cosa: ¿Desean ser independientes de los límites y reglas que fijan sus padres? Sean entonces independientes en lo económico. Renten un depto. Paguen su luz, su gas, su cable, su celular, su agua. Compren su ropa, sus zapatos, su tele, su lap. Éntrenle con su colegiatura, con sus tacos y con sus chelas, con sus taxis y sus cines, las idas a comer a restaurantes, porque fondas no les gustan. Una vez que logren esto, podrán escoger a su gusto desde la marca de agua purificada que consumen hasta la hora de llegada a casa después de la fiesta. Una vez que logren esto, podrán ser capaces de decidir si lavan los platos y ollas (que por cierto USTEDES utilizan, porque papá come siempre en la calle), le dan una tallada al lavamanos y excusado, o dejan sin tender su cama. ¿Y saben algo? Quizás después de que logren eso, aún tendrán a su padre en el cuello fregando, porque se preocupa por su bienestar y su progreso como persona. Punto.
  2. Vamos por partes… ¿No fueron ustedes los que eligieron esa escuela? Por su prestigio, por el costo muy adecuado, por la cercanía a casa, yo qué se. Y que quede claro, no estoy hablando por necesidad de una escuela particular, también las estatales se eligen (y si no lo hicieron, deberían empezar a hacerlo). Dado que ustedes eligieron la escuela, y puesto que es una ESCUELA, ya deberían saber que les iban a entregar un reglamento que debe ser cumplido, que estipula horas de entrada y de salida, comportamiento dentro y fuera del plantel, requisitos para obtener las calificaciones, etcétera. Vamos, que no es Plutón donde (a lo mejor tampoco allá) puedan hacer lo que les venga en gana, es la escuela donde están cursando estudios. NO se llega tarde, NO se usa el celular en el aula, SI se lleva el uniforme y SI se entregan los trabajos a tiempo. Punto
  3. Este tópico es simplemente una extensión del anterior. En mis casi 26 años de vida laboral, nunca, repito, NUNCA me han ido a buscar a la casa para ofrecerme un trabajo. Siempre he sido yo el que va a solicitarlo, por lo cual aplica lo mismo que en la escuela. Pónganse a chingarle, y demuestren que son más capaces que el jefe para que les den a ustedes su puesto, donde ganarán lo que merecen. Si no, cállense y pónganse a chambear, o renuncien y busquen otro empleo.
  4. Este si es delicado. Al final de la historia, el refrán siempre lo ha dicho: “No le pido a Dios que me dé, nomás que me ponga donde hay”. Todos sabemos que nuestra clase política (de cualquier filiación partidista) es una lacra social. Me queda clarísimo que roban, sobornan, corrompen, atracan, malversan, güevonean, y una larga lista de exquisiteces que todos conocemos. Eso me queda clarísimo. Pero de ahí a que sea culpa exclusiva de ellos nuestra mediocridad como personas, hay un abismo de diferencia. El gobierno no va a resolver sus problemas, mis niños. Hay un remedio para eso, y se llama “trabajo”. Es como tortura, pero con sueldo. Dejen de culpar al gobierno de todos sus males y pónganse a chingarle, no hay de otra. 

En resumen, y dado que está en la naturaleza humana el culpar a otros de todo (antes que hacer un análisis personal, íntimo, del porqué estamos donde estamos) yo he llegado a tres pequeñas conclusiones que les comparto aún cuando no soy capaz de ponerlas en práctica siempre, tal como el resto de ustedes.
  • No te quejes de algo o de alguien si no vas a hacer nada para corregirlo. Calladito te ves más bonito.                     
  • Deja de culpar a los demás de tu “suerte”. Analiza lo que estás haciendo bien y potencialízalo. Deshazte de lo que estás haciendo mal, porque eso es lo que te tiene donde estás.
  • Y por último, acata las reglas o vete. Que no fueron hechas a lo pendejo.

O sea, no vas a jugar basketball con un balón de football americano, y luego culpar al gobierno corrupto de que no se puede encestar, verdad?

He dicho.



Curvas enlazadas

Vengo desde Laguna del Volcán en un bonito agarrón con un cuate de un Mercedes, siempre he dicho que no solo cuenta la máquina, sino también...