viernes, 1 de mayo de 2015

La vida sigue.

 

Y contra todo lo que he estado pregonando a los cuatro vientos, ahora la sensación de gravedad cero regresa a mi ser con estrépito. Quizás no sea tan malo como parece, pero este interminable caer en el vacío es de lo mejor que nos pasa en la vida.

Personas van y personas vienen, entrecruzamos nuestra existencia con tantos seres entrañables, despreciables, amigables, besables, destestables, que terminamos siendo ellos en una pequeña medida, en una justa medida. Perfecta mezcolanza de lo que está y lo que se fue, lo que queremos y lo que odiamos, lo que nos construye y lo que nos destruye.

Unos se quedan y otros se van, pero por Dios, la vida sigue, y seguimos nosotros.

 

 

De arriba pa´bajo otra vez

Curvas enlazadas

Vengo desde Laguna del Volcán en un bonito agarrón con un cuate de un Mercedes, siempre he dicho que no solo cuenta la máquina, sino también...